Muchas personas notan por primera vez la enfermedad renal poliquística (PKD) por un dolor sordo en el costado o la espalda, orinar con más frecuencia por la noche, sangre en la orina o infecciones renales recurrentes; a otros se les detecta por una presión arterial alta encontrada en un control rutinario. A veces se descubre por casualidad en una ecografía o una tomografía computarizada (CT) realizadas por otro motivo, que muestran riñones agrandados con muchos quistes llenos de líquido. Si hay antecedentes familiares, el cribado con controles de presión arterial y estudios de imagen del riñón suele revelar cambios tempranos antes de que los signos sean evidentes, que es como se detectan con más frecuencia las primeras manifestaciones de la enfermedad renal poliquística.